No a las emociones reencontradas
No a los abismos desesperados
No al color de la noche
No a la brisa desnuda.
Me veo en el espejo,
Lloro y me entrego.
Los días de tristeza
Ya se esfumaron.
Ya no queda nada del ayer,
Es pura dinamita del dolor.
De nada sirve que viva
Sin sentir el abrazo del adiós.
No sin emociones, no sin tocar
El cielo de la nube rota.
¿de qué sirve el halo de esperanza?
No, no, camino y no me escondo.